a Carolina
vos deberías haber sido
novia de alguno de los Beatles
—creo que de Ringo Star—
vos deberías haber sido tapa
de Siete Días
en alguna semana de mil novecientos setenta y tres
vos deberías haber sido
Soledad Silveira
en “Rolando Rivas taxista”
Alberto Migré te hubiera
ornado de gloria los martes
por tus piernas infinitas
deberían haber andado
las largas marchas
las resistencias
las vigilias de ojeras
bañadas en té
es que un río me atraviesa la cabeza
navegado por canoas incesantes
que hacen puerto en tu sonrisa
flaquita imposible
deja que tu nombre se ingrediente
en la sopa eléctrica
de las zapadas interminables
vos deberías haber filmado
una publicidad de “L M”
a orillas del Sena
o a orillas del Támesis
T.S. Eliot debería
haberte contemplado pasar
apresurada
vos deberías haberte caído
en una bañadera llena de espuma
y después hubieses sonreído a cámara
inmortal y solferina
con rayos multicolores
—un cotillón Argentina Sono Film—
vos deberías haber sido
estatua viviente en el Di Tella
para que los nenes bien te toquen
en máxima picardía
frutilla del postre
aceituna de mi martini
leño de mi hoguera
acumulo todos los lugares comunes
y los arrojo contra el universo
como Hendrix sesenta y nueve
como Pelé en el setenta
gané mi último mundial con vos
y ahora sólo firmo autógrafos
en una mecedora dominguera
sólo el Viagra
sólo el Viagra nos salvará
vociferan en la calle
los piqueteros del sexo
los inmortales hinchapelotas
cuando llueve te imagino en boutiques
por San Telmo por plaza Francia
entreverada con artesanos fumones
y chamanes de ocasión
vos deberías haber sido
la novia que no tuve a los dieciocho años
cuando hervía la muerte
en las pavas de la Patria.
Rodolfo Edwards, Buenos Aires, Argentina, 1962
imagen: no hace falta aclarar
novia de alguno de los Beatles
—creo que de Ringo Star—
vos deberías haber sido tapa
de Siete Días
en alguna semana de mil novecientos setenta y tres
vos deberías haber sido
Soledad Silveira
en “Rolando Rivas taxista”
Alberto Migré te hubiera
ornado de gloria los martes
por tus piernas infinitas
deberían haber andado
las largas marchas
las resistencias
las vigilias de ojeras
bañadas en té
es que un río me atraviesa la cabeza
navegado por canoas incesantes
que hacen puerto en tu sonrisa
flaquita imposible
deja que tu nombre se ingrediente
en la sopa eléctrica
de las zapadas interminables
vos deberías haber filmado
una publicidad de “L M”
a orillas del Sena
o a orillas del Támesis
T.S. Eliot debería
haberte contemplado pasar
apresurada
vos deberías haberte caído
en una bañadera llena de espuma
y después hubieses sonreído a cámara
inmortal y solferina
con rayos multicolores
—un cotillón Argentina Sono Film—
vos deberías haber sido
estatua viviente en el Di Tella
para que los nenes bien te toquen
en máxima picardía
frutilla del postre
aceituna de mi martini
leño de mi hoguera
acumulo todos los lugares comunes
y los arrojo contra el universo
como Hendrix sesenta y nueve
como Pelé en el setenta
gané mi último mundial con vos
y ahora sólo firmo autógrafos
en una mecedora dominguera
sólo el Viagra
sólo el Viagra nos salvará
vociferan en la calle
los piqueteros del sexo
los inmortales hinchapelotas
cuando llueve te imagino en boutiques
por San Telmo por plaza Francia
entreverada con artesanos fumones
y chamanes de ocasión
vos deberías haber sido
la novia que no tuve a los dieciocho años
cuando hervía la muerte
en las pavas de la Patria.
Rodolfo Edwards, Buenos Aires, Argentina, 1962
imagen: no hace falta aclarar
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