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sábado, 4 de febrero de 2012

Jacques Prévert // 3 canciones






Le tendre et dangereux visage de l’amour
M’est apparu un soir après un trop long jour
C’était peut-être un archer avec son arc
Ou bien un musicien avec sa harpe
Je ne sais plus...
Je ne sais rien…
Tout ce que je sais c’est qu’il m’a blessé
Peut être avec une flèche
Peut-être avec une chanson
Tout ce que je sais c’est qu’il m’a touché
Qu’il m’a touché blessé au cœur
Et pour toujours
Brulante trop brulante blessure de l’amour


El tierno y peligroso rostro del amor

El tierno y peligroso rostro del amor
Después de un largo día, una noche apareció
Quizás fuera un arquero con su arco
O un músico, acaso, con su harpa...
Ya no lo sé...
Yo no sé nada...
Sólo sé que me hirió
Quizás con una flecha
Tal vez una canción
Sólo sé que me tocó
Que me hirió en el corazón
Y para siempre
Ardiente demasiado ardiente herida del amor.



Démons et merveilles
Vents et marées
Au loin déjà la mer s’est retirée
Démons et merveilles
Vents et marées
Et toi
Comme une algue doucement carressée par le vent
Dans les sables du lit tu remues en rêvant
Démons et merveilles
Vents et marées
Au loin déjà la mer s’est retirée
Mais dans tes yeux entrouverts
Deux petites vagues sont restées
Démons et merveilles
Vents et marées
Deux petites vagues pour me noyer.


Arenas movedizas

Demonios y maravillas
Mareas y vientos 
El mar ya se ha retirado lejos 
Y tú
Como un alga suavemente acariciada por el aire
En las arenas del lecho te meces entre sueños
Demonios y maravillas
Mareas y vientos 
El mar ya se ha retirado lejos
Pero en tus ojos entreabiertos
Dos olitas pequeñas se han quedado 
Demonios y maravillas
Mareas y vientos
Dos olitas pequeñas, para ahogarme.



Tristes enfants perdus nous errons dans la nuit
Où sont les fleurs du jour
Les plaisirs de l’amour
Les lumières de la vie?

Tristes enfants perdus nous errons dans la nuit
La lune blanche et nue dans le ciel nous poursuit
Son sourire est glacé
Nos cœurs glacées aussi

Tristes enfants perdus nous errons dans la nuit
Le diable nous emporte sournoisement avec lui
Le diable nous emporte loin de nos belles amies
Notre jeunesse est morte
Et nos amours aussi


El lamento de Gilles

Tristes criaturas perdidas, erramos en la noche
¿Dónde están las flores del día
Los placeres del amor
Las luces de la vida?

Tristes criaturas perdidas, erramos en la noche
Desnuda y blanca en el cielo, la luna nos sigue
Es fría su sonrisa
Frío también es nuestro corazón

Tristes criaturas perdidas, erramos en la noche
El diablo nos lleva astutamente con él
El diablo nos lleva lejos de nuestra amada
Nuestra juventud ha muerto
Nuestros amores también


Jacques Prévert, Francia, 1900-1977
canciones de Les Visiteurs du Soir (Marcel Carné, 1942)
versiones de Gerardo Gambolini

Al menos dos de las canciones, con música de Maurice Thiriet, se pueden escuchar en youtube: Sables mouvantes (Démons et merveilles) en  http://www.youtube.com/watch?v=SjQ7VP4mXvk, en versiones sucesivas de Michèle Arnaud (la mejor a mi juicio), Cora Vaucaire, Jacques Douai y Nicole Louvier (esta última quizás olvidable), y Le tendre et dangereux... , por Jaques Douai, en http://www.youtube.com/watch?v=3l_nH4Kf9Ms. O una versión à la Rinaldi, de Catherine Sauvage, en http://www.youtube.com/watch?v=nTYECJk1IZ4

Hay un disco de pasta de “Canciones de Jacques Prévert”, sacado en los ‘60 por el sello Alarcón, con excelentes versiones de Kosma-Prévert, además de las canciones de esta entrada. Y, de paso, la película es una joya.



domingo, 5 de diciembre de 2010

Antonin Artaud


Es necesario que se comprenda que toda la inteligencia no es más que una amplia eventualidad, y que se la puede perder no ya como el demente que está muerto, mas como el ser viviente que está en la vida y que siente sobre sí la atracción y el soplo (de la inteligencia, no de la vida).
Las titilaciones de la inteligencia y ese brusco trastocamiento de las partes.
Las palabras a mitad de camino de la inteligencia.
Esa posibilidad de pensar hacia atrás y de zaherir de pronto su pensamiento.
Ese diálogo en el pensamiento.
La absorción, la ruptura de todo.
Y de pronto ese hilo de agua sobre un volcán, la caída tenue y dilatada del espíritu.

Si uno pudiese gustar al menos de su nada, si uno pudiese descansar bien en su nada y esa nada no fuese una cierta clase de ser pero tampoco la muerte completa.
Es tan duro no existir más, no ser más en alguna cosa. El verdadero dolor es sentir su pensamiento trasladarse en uno mismo. Pero el pensamiento como un punto ciertamente no es un sufrimiento.
Estoy en el punto en que la vida ya no me concierne, pero con todos los apetitos y la titilación insistente del ser en mí. Sólo tengo una ocupación: rehacerme. [...]

He elegido el dominio del dolor y la sombra como otros el de la irradiación y acumulación de materia.
No trabajo en la dimensión de un dominio cualquiera.
Trabajo en la duración única.

Antonin Artaud, Francia, 1896-1948
de Le pèse-nerfs, suivi des fragments d’un journal d’enfer
traducción de Gerardo Guthmann
imagen: Autorretrato (junio 1947)

sábado, 20 de marzo de 2010

Guillaume Apollinaire


Ejercicio

A una aldea en la retaguardia
cuatro artilleros marchaban
de los pies a la cabeza
envueltos en polvo estaban

Iban mirando los campos
conversaban del pasado
y se daban vuelta apenas
cuando un obús había hablado

Los cuatro del dieciséis
hablaban de antaño y no el porvenir
y así se alargaba la ascesis
que los adiestraba para morir

Guillaume Apollinaire, Roma, 1880 – París, 1918
Versión © Gerardo Gambolini
imagen: s/d


Exercice

Vers un village de l'arrière
S'en allaient quatre bombardiers
Ils étaient couverts de poussière
Depuis la tête jusqu'aux pieds

Ils regardaient la vaste plaine
En parlant entre eux du passé
Et ne se retournaient qu'à peine
Quand un obus avait toussé

Tous quatre de la classe seize
Parlaient d'antan non d'avenir
Ainsi se prolongeait l'ascèse
Qui les exerçait à mourir



Siempre

A Madame Faure-Favier

Siempre
iremos más lejos sin avanzar jamás
y de planeta en planeta

de nebulosa en nebulosa
el don Juan de los mil y tres cometas
aún sin moverse de la tierra
busca las fuerzas nuevas
y toma en serio a los fantasmas

Y se olvidan tantos universos
cuáles son los grandes hacedores de olvido
quién sabrá entonces hacernos olvidar tal o cual parte del mundo
dónde está el Cristóbal Colón a quien deberemos el olvido de un continente
Perder
Pero perder de verdad
Para dar lugar al hallazgo
Perder
La vida para hallar la Victoria

Guillaume Apollinaire, Roma, 1880 – París, 1918
Versión © Gerardo Gambolini


Toujours

À Madame Faure-Favier

Toujours
Nous irons plus loin sans avancer jamais
Et de planète en planète

De nébuleuse en nébuleuse
Le don Juan des mille et trois comètes
Même sans bouger de la terre
Cherche les forces neuves
Et prend au sérieux les fantômes

Et tant d'univers s'oublient
Quels sont les grands oublieurs
Qui donc saura nous faire oublier telle ou telle partie du monde
Où est le Christophe Colomb à qui l'on devra l'oubli d'un continent
Perdre
Mais perdre vraiment
Pour laisser place à la trouvaille
Perdre
La vie pour trouver la Victoire

jueves, 18 de febrero de 2010

Guillaume Apollinaire


En el jardín de Anna

Ciertamente, si hubiéramos vivido en mil setecientos sesenta
esa es la fecha que descifraste Anna en ese banco de piedra
y yo por desgracia hubiese sido alemán
pero estuviera por suerte cerca de ti
habríamos hablado de amor de manera imprecisa
casi siempre en francés
y tomada de mi brazo con pasión
me habrías escuchado hablarte de Pitágoras
pensando también en el café que tomaríamos
media hora después

y el otoño se habría parecido a este otoño
que el berberis y los pámpanos coronan

y a veces, de repente, yo habría saludado en voz muy baja
a damas nobles lánguidas y gordas

habría paladeado lentamente y a solas
durante largas veladas
el espeso tokay o la malvasía
me habría puesto mi traje español
para irme por el camino por donde viene
en su vieja carroza
mi abuela que se niega a entender el alemán

habría escrito versos llenos de mitología
sobre tus senos la vida campestre
y las damas de la comarca

habría roto a menudo mi bastón
sobre el lomo de un campesino

habría amado escuchar música
comiendo jamón

habría jurado en alemán te lo juro
cuando me sorprendieras besando en la boca
a esa criada pelirroja

tú me habrías perdonado en el bosque de mirtos

yo habría canturreado un momento
luego habríamos escuchado un buen rato los ruidos del crepúsculo

Guillaume Apollinaire, Roma, 1880 – París, 1918
Versión © Gerardo Gambolini
imagen: Dutailly, Homme et femme conversant dans un jardin

Dans le jardin d’Anna

Certes, si nous avions vécu en l’an dix-sept cent soixante
Est-ce bien la date que vous déchiffrez Anna sur ce banc de pierre
Et que par malheur j’eusse été allemand
Mais que par bonheur j’eusse été près de vous
Nous aurions parlé d’amour de façon imprécise
Presque toujours en français
Et pendue éperdument à mon bras
Vous m’auriez écouté vous parler de Pythagoras
En pensant aussi au café qu’on prendrait
Dans une demi-heure

Et l’automne eût été pareil à cet automne
Que l’épine-vinette et les pampres couronnent

Et brusquement parfois j’eusse salué très bas
De nobles dames grasses et langoureuses

J’aurais dégusté lentement et tout seul
Pendant de longues soirées
Le tokay épais ou le malvoisie
J’aurais mis mon habit espagnol
Pour aller sur la route par laquelle
Arrive dans son vieux carrosse
Ma grand-mère qui se refuse à comprendre l’allemand

J’aurais écrit des vers pleins de mythologie
Sur vos seins la vie champêtre et sur les dames
Des alentours

J’aurais souvent cassé ma canne
Sur le dos d’un paysan

J’aurais aimé entendre de la musique en mangeant
Du jambon

J’aurais juré en allemand je vous le jure
Lorsque vous m’auriez surpris embrassant à pleine bouche
Cette servante rousse

Vous m’auriez pardonné dans le bois aux myrtilles

J’aurais fredonné un moment


Puis nous aurions écouté longtemps les bruits du crépuscule