Lo que es pensable es también posible.
—Ludwig Wittgenstein
Pienso la palabra nada. La nada
no es posible y no puede
ser pensada, pero tenemos palabras,
¡nuestro único poder! Con dioses
nos han protegido de la muerte;
con historias, de la vida.
Después llegó el hechizo
matemático de la ciencia,
pero pronto descubrimos
que la lógica no es libertad,
que ninguna ecuación llega
a esos espacios psíquicos
donde vivimos. Solo tenemos palabras
otra vez.
Lo público lo oscurece todo y da lo así encubierto por lo sabido y accesible a todos.
—Martin Heidegger
En un campo sin años
se alzaron las espadas, fríos
rayos de acero contra
el enemigo, pero el movimiento
era lento y simbólico bajo
el suave mármol de la luna,
donde estatuas casi animadas
por su sueño
acariciaban al ser. Aquí,
en la tierra que limita
con la infancia y el cosmos,
tú estabas solo y eras universal
antes de que el pensamiento “yo”
hiciera de ti uno
de tantos.
El lenguaje disfraza los pensamientos.
—Ludwig Wittgenstein
El trabajo del escritor es
leer libros no escritos.
Inclinado como una señal
sobre la mesa, volcado
hacia adentro, consume la luz
y la sombra de su ser. Los días
discurren como imágenes
por una cámara sin
película, mientras abre
papel tras papel.
No escribe pensamientos;
va a tientas con las palabras.
Durante días sin horas
y por valles sin mapas
va buscando esos poemas
que los pensamientos
ocultan.
Gösta Ågren, Nykarleby, Finlandia, 1936
Poemas de Aquí, en el ojo ciego del huracán (2006)
Traducción del sueco de Renato Sandoval Bacigalupo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario