miércoles, 2 de junio de 2010

Walt Whitman


20

¿Quién anda ahí, anhelante, ordinario, místico, desnudo?
¿Cómo es que obtengo fuerza de la carne que como?

¿Qué es el hombre, en todo caso? ¿qué soy yo? ¿qué eres tú?

Todo lo que anoto como mío deberás balancearlo con lo tuyo,
o escucharme será tiempo perdido.

Yo no lloriqueo por el mundo con la queja
de que los meses son vacuos y la tierra sólo fango e inmundicia.

Lamentos y servilismo son ingredientes de los polvos para enfermos,
la conformidad está bien para parientes lejanos;
yo uso sombrero a mi antojo, dentro y fuera de la casa.

¿Por qué habría de rezar? ¿por qué habría de adorar y ser formal?

Luego de examinar las capas, de analizar a fondo,
de consultar con doctores y calcular detenidamente,
no encuentro grasa más dulce que la pegada a mis huesos.

Me veo en todos, ninguno más y ninguno un ápice menos que yo,
y lo bueno y lo malo que digo de mí digo de ellos.

Yo sé que soy fuerte y sano,
los objetos convergentes del universo fluyen hacia mí constantemente,
todos se han escrito para mí, y yo debo comprender qué significa lo escrito.

Yo sé que soy inmortal,
yo sé que esta órbita mía no la abarcará un compás de carpintero,
sé que no desapareceré como el círculo que un niño hace de noche
con un palo encendido.

Yo sé que soy augusto,
no atormento mi espíritu buscando justificarme o ser entendido,
veo que las leyes elementales nunca se disculpan,
(no me creo por encima del nivel al que planto mi casa,
después de todo.)

Yo existo como soy, y eso es suficiente;
si nadie más en el mundo lo sabe, me contento,
y si todo el mundo está enterado, me contento.

Un mundo lo sabe y es de lejos el más grande para mí: yo mismo,
y si llego a mí mismo hoy o en diez mil o diez millones de años,
lo puedo aceptar alegremente ahora, o con la misma alegría
puedo esperar.

Mis cimientos están encajados en granito,
yo me río de lo que llaman disolución,
y conozco la dimensión del tiempo.

Walt Whitman, Estados Unidos, 1819-1892
de Song to Myself
Versión © Gerardo Gambolini
imagen: Walt Whitman, por Thomas Eakins, 1887



20

Who goes there? hankering, gross, mystical, nude;
How is it I extract strength from the beef I eat?

What is a man anyhow? what am I? what are you?

All I mark as my own you shall offset it with your own,
Else it were time lost listening to me.

I do not snivel that snivel the world over,
That months are vacuums and the ground but wallow and filth.

Whimpering and truckling fold with powders for invalids, conformity
goes to the fourth-remov'd,
I wear my hat as I please indoors or out.

Why should I pray? why should I venerate and be ceremonious?

Having pried through the strata, analyzed to a hair, counsel'd with
doctors and calculated close,
I find no sweeter fat than sticks to my own bones.

In all people I see myself, none more and not one a barley-corn less,
And the good or bad I say of myself I say of them.

I know I am solid and sound,
To me the converging objects of the universe perpetually flow,
All are written to me, and I must get what the writing means.

I know I am deathless,
I know this orbit of mine cannot be swept by a carpenter's compass,
I know I shall not pass like a child's carlacue cut with a burnt
stick at night.

I know I am august,
I do not trouble my spirit to vindicate itself or be understood,
I see that the elementary laws never apologize,
(I reckon I behave no prouder than the level I plant my house by,
after all.)

I exist as I am, that is enough,
If no other in the world be aware I sit content,
And if each and all be aware I sit content.

One world is aware and by far the largest to me, and that is myself,
And whether I come to my own to-day or in ten thousand or ten
million years,
I can cheerfully take it now, or with equal cheerfulness I can wait.

My foothold is tenon'd and mortis'd in granite,
I laugh at what you call dissolution,
And I know the amplitude of time.

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