domingo, 13 de febrero de 2011

Fabián Casas


Despertarte

Despertarte a mitad de la noche
y ver en el otro lado de la cama
a tu mujer llorando
es una experiencia importante.
Quiere decir, entre otras cosas,
que miengras paseabas por los cuartos
iluminados de tu cerebro
algo se estaba gestando cerca tuyo.
Un error con el cual mantenés
una particular relación de intimidad.
Porque aunque no firmemos nada,
ni corramos apurados bajo la lluvia de arroz
pensamos que es para toda la vida
y así seguimos.
Botes, que durante la noche
quedan amarrados en el muelle,
golpeándose entre sí,
según el viento.

Fabián Casas, Buenos Aires, Argentina, 1965
imagen: s/d


A mitad de la noche

Me levanto a mitad de la noche con mucha sed.
Mi viejo duerme, mis hermanos duermen.
Estoy desnudo en el medio del patio
y tengo la sensación de que las cosas no me reconocen.
Parece que detrás de mí nada hubiese concluido.
Pero estoy otra vez en el lugar donde nací.
El viaje del salmón
en una época dura.
Pienso esto y abro la heladera:
un poco de luz desde las cosas
que se mantienen frías.

Fabián Casas, Buenos Aires, Argentina, 1965


Música

Mi tía concilia el sueño a los ochenta años
escuchando viejas canciones en su radio portátil.
En su pieza, en lo oscuro,
el éter se ha transformado en algo vital.
Supongo que estas cosas pasan
y me pasarán también a mí.
Sobre el final de la vida
la única música que existe
está fuera de nosotros.

Fabián Casas, Buenos Aires, Argentina, 1965

No hay comentarios.:

Publicar un comentario