viernes, 7 de mayo de 2010

Juan Manuel Inchauspe


Yo no quiero valerme de palabras

Yo no quiero valerme de palabras
que han sido quemadas, torcidas
en una violenta noche de circo.

No quiero esa canción. Tal vez
llegue tarde, tal vez el paisaje
esté mitad petrificado ya.

Pero no hay excusas.
Sólo aquello que aún no he visto
de mí se agita en la noche.

Sólo las voces perdidas que el tiempo
ha vencido en el fondo de mi carne
me hablan. Y esto no tiene nada
que ver con la frialdad
que los otros han arrojado sobre el paisaje.

Yo escupiré mi propia sangre.


Época

Un prolongado ulular me despertó durante la noche.
Tuve una visión fugaz de luces rojas y amarillas, intermitentes.
Con los ojos recién abiertos en la oscuridad
escuché el sonido giratorio por las calles desiertas.
Instintivamente estiré mi mano por entre las varillas
y palpé el cuerpo de mi pequeño hijo:
suave, cálido,
pacificado como un animalito.

Él no sabe nada de estas cosas.
No sabe nada del sueño cortado
en la fría madrugada.
Ni tiene nunca tampoco por qué saber
cómo brotan del sueño estas visiones;
cómo giran, intermitentes, en la memoria,
y flotan con sus ojos de vidrio alrededor del corazón.


Las palabras que no dije

Las palabras que no dije
las que no pronuncié y devolví
al fondo oscuro de mí mismo
me esperan en el camino.

Un día
o una noche cualquiera
no importa el lugar
me golpearán en pleno rostro.

Juan Manuel Inchauspe, Santa Fe, 1940-1985
de Juan Manuel Inchauspe, Poesía Completa, Universidad Nacional
del Litoral, Santa Fe, 1994
imagen: dibujo de J. M. Inchauspe, 1972

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