Norte geográfico
Me entero de que el hermano de mi abuelo
se ahogó dando la vuelta al Cabo de Hornos
y surge una suerte de necesidad, como si el eje de lo conocido
se hubiera inclinado. Una cosita más que necesita un lugar
donde encajar. Día de San Esteban — por un pequeño cementerio acogedor
en un campo en declive, un hombre camina, el rifle abierto,
con su hijo. El tiempo se tranquiliza, una niebla lenta se aleja airada.
Los nombres de las lápidas son del lugar, una lista labrada
de certezas y de qué es qué. Yo no tengo eso,
el don de arraigar, sino que trepo para tocar algo como eso
por los aparejos de mi duda, sintiendo con cada cabeceo
y cada borrasca la necesidad de soltarme, de caer libremente en lo que
vaya a absorberme, a ahogarme. Mi norte geográfico siempre está cambiando,
apenas unos grados desde marcas lejanas, una distancia considerable
de cerca.
Fred Johnston, Belfast, Irlanda del Norte, 1951
reside en Galway, Irlanda del Sur
Versión © Gerardo Gambolini
imagen: Claude Monet, Las rocas de Pourville, marea baja (1882)
True North
Hearing for the first time that my grandfather’s
Brother had drowned edging round Cape Horn
A sort of want starts up, as if the axis of the known
Had tilted. One more small thing needing a place
To fit. Boxing Day — above a snug wee graveyard
In a sloping hill a man walks, rifle broken, with
His son. Time paces itself, a slow mist danbders off.
The headstones names are local, a carved roll-call
Of certainties and what’s what. I do not possess that,
A rooting gift, but clamber up to touch something like
It through the rigging of my doubt, feeling with every pitch
And squall the need to let go, fall free into what will
Absorb me, drown me. My True North is always shifting,
A few degrees from far off marks a considerable distance
up close.
La indiferencia forzada nos hace tontos a ambos.
Rara vez se dice lo cierto (tampoco habría que hacerlo)
¿Qué es el amor sino extrañeza llevada a la cama
y obsequios ofrecidos, para dejar otra extrañeza en libertad?
Y tú, para quien ningún amor es amor suficiente
tal vez conjetures si este o aquel hombre te complace
juzgado por las reglas, por la ropa, por el giro de la charla
cuando, irritado por esa impiedad, se enfría.
Pero yo también soy un amante, a mi modo silencioso,
que no ofrece nada, y es mucho mejor así, además
me acostumbré a aferrarme a la roca del amor
y esperar el rescate de tus mareas cambiantes.
Fred Johnston, Belfast, Irlanda del Norte, 1951
reside en Galway, Irlanda del Sur
Versión © Gerardo Gambolini
Indifference
Forced indifference makes fools of us both.
The right thing is seldom said (nor should it be)
What is love but strangeness brought to bed
And offered gifts, to set another strangeness free?
And you for whom no love is love enough
May speculate on whether this or that man pleases
By book, by dress, by turn of conversation judged
When warmed beneath such heartlessness, he freezes.
Yet I am lover also, in my silent fashion
Who offers nothing, but it is better of besides
I’m used by now to clinging to love’s rock
And waiting for the rescue of your fickle tides.