Ataques sorpresivos, sueños, sobresaltos,
maniobras monótonas.
Cuando alguno trae noticias
las metemos en un sobre,
pasamos las líneas de noche,
las vendemos al enemigo.
A su vez, algún enemigo
hace el camino inverso,
habla con los nuestros,
discute sobre el valor
negocia el precio de nuestra cabeza.
No ocurre nada no hay
un juicio por nadie,
sobre la cabeza de todos pende algo.
¿Y la apertura de alas?
Varía; hay de
micrones, de centímetros, de metros.
Depende del modelo, del material, de la
fuerza motriz; el motivo, la altura a
alcanzar.
Replegadas, cerradas de nuevo, alojadas
bajo una corona verdísima, en el Edén
comida para polillas felices;
o bien bajo hielo con los restos, huesos
regios, mamut, moscas muertas
en el fondo a la sombra del tiempo.
Caminamos lo más que podemos,
a menudo vemos, alta en la memoria, dolorosa,
una blanca bandada de harapos... (sólo
un juego, una ayuda, una fantasía
si en la escena del desierto el fuego
se propaga a la piel de las presas
si el hielo condensa nombres inhumanos).
Un batir de alas arriba por los vastos
muros de la memoria no nos sustrae
de las sombras que nos siguen; la hiena,
el lobo, los ángeles
abyectos de andar oblicuo.
Bartolo Cattafi, Italia, 1922-1979
Versiones © Gerardo Gambolini
imagen: Bartolo Cattafi en Messina, 1972
Sulla testa di tutti
Colpi di
mano, sonni, soprassalti, / monotone manovre. / Quando qualcuno ci porta
notizie / le chiudiamo in busta, / passiamo le linee nottetempo, / le vendiamo
al nemico. / A sua volta qualcuno dei nemici / compie il cammino inverso, / parla
coi nostri, / disputa sul peso / contratta il prezzo della nostra testa. / Non
capita nulla non succede / un giudizio per nessuno, / sulla testa di tutti
pende qualcosa.
Apertura d’ali