Cuando el viento nos ataca en la oscuridad
y bombardea con nieve
la ventana que da al este en el cuarto de
abajo,
y susurra, el monstruo, con un sordo ladrido,
“¡Sal! ¡Sal!”,
no es ninguna lucha interna no salir,
¡oh, no lo es!
Cuento nuestras fuerzas,
dos y un niño,
aquellos de nosotros no dormidos, limitados a ver
cómo entra el frío cuando el fuego se apaga finalmente,
cómo se va acumulando la nieve,
el jardín y el camino indistinguibles,
hasta que incluso el granero consolador
se agranda a la distancia
y mi corazón tiene una duda:
si está en nosotros levantarnos con el día
y salvarnos sin ayuda.
Hay un mancha de
nieve vieja en una esquina
que, debí adivinarlo,
era un diario arrastrado
por el viento
que la lluvia había puesto
a descansar.
Está salpicada de barro
como si
letra de imprenta la
cubriera,
las noticias de un día
que he olvidado —
si alguna vez las leí.
Robert Frost, Estados Unidos, 1874- 1963
Versión © Gerardo Gambolini
Versión © Gerardo Gambolini
[Public domain image]
Storm Fear
When the
wind works against us in the dark, / And pelts with snow / The lowest
chamber window on the east, / And whispers with a sort of stifled
bark, / The beast, / ‘Come out! Come out!’ / It costs no inward struggle not to
go, / Ah, no! / I count our strength, / Two and a child, / Those of us not
asleep subdued to mark / How the cold creeps as the fire dies at length, /
How drifts are piled, / Dooryard and road ungraded, / Till even the
comforting barn grows far away / And my heart owns a doubt / Whether ‘tis
in us to arise with day / And save ourselves unaided.
A Patch of Old Snow
There’s a
patch of old snow in a corner / That I should have guessed / Was a blow-away
paper the rain / Had brought to rest. // It is speckled with grime as if / Small
print overspread it, / The news of a day I’ve forgotten — / If I ever read it.