para un turro que conozco
El vendrá,
siempre,
como la noche.
Con sus largos dedos blancos
de frío papel glasé,
su sonrisa narcicista
y su carnet del diablo.
El vendrá sin duda.
Vos sos su droga.
No hay pastillas
contra el fantasma de una mujer,
que vuelve cada noche como una loba
a arrancarte jirones de su piel
tatuada en tus entrañas.
Claudio Piermarini, Buenos Aires, 1956
reside actualmente en Tucumán
imagen: s/d
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