Poema
Ya se fueron los amigos, casi todos los amigos
y la tarde se halla
apartada y vacía,
pronto entrará el otoño
y quedarán los pájaros
con el canto sombrío,
de repente.
Quiero labrar una palabra que sobreviva
mientras miro tus manos
que me sostienen.
Siempre llegas por el sueño, limpia y lejana
y todo es infinito, silencioso.
Aquí, en este encerrado ensimismamiento
la descendida eternidad
vaga inaccesible, por el espacio.
Ya estoy cumplido de estar vivo,
he crecido hasta la vejez,
me distraigo en ausencias
y te nombro.
El tiempo esparcido
y desembarazado,
se divierte y grita
en tanta hoja verde,
con el verano.
Acá, dentro de mi corazón
te quedas aquietada.
¿Qué haría sin ti,
extraño en mi sombra recogida?
¡Oh, tiempo, ya sin vivir,
sostenido
y acabado!
¡Qué voluntad de llover trae el cielo
y cómo lo habrán mirado
las flores azules de los cardos...!
Nadie ha cambiado,
me llegan de la inmensa tarde,
como pájaros de las planicies
las despiertas imágenes de la tierra.
¡Oh, el inmóvil y lejano sueño todavía!
Ricardo E. Molinari, Buenos Aires, 1898-1996
imagen: First Sketch, Sunflowers in Snow, Casey Klahn
domingo, 6 de febrero de 2011
Ricardo E. Molinari
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